En los últimos años estamos asistiendo a un gran número de avances en neurociencia que podrían tener una aplicación directa sobre las lesiones medulares. Si bien es cierto que la recuperación completa aún está lejos, los nuevos avances sí que permitirán mejorar de forma ostensible la calidad de vida de los lesionados medulares.
Consideraciones de nuestro neurólogo Pedro Bermejo sobre la lesión medular
En primer lugar, es importante clasificar los distintos tipos de lesiones medulares, ya que los síntomas, el pronóstico y el tratamiento van a variar de forma muy significativa ante el tipo de lesión que presente el lesionado.
Por un lado, es importante el nivel de afectación, ya que las lesiones cervicales provocarán una afectación sensitiva y motora tanto de los miembros superiores, como de los inferiores, mientras que las lesiones lumbares afectarán exclusivamente a los miembros inferiores. La preservación de la funcionalidad de los miembros superiores es vital para poder establecer el tratamiento y el pronóstico del paciente. También es importante la extensión de la lesión y podemos clasificarlas en lesiones completas, si afecta totalmente la médula o incompletas, si se trata de lesiones parciales, persistiendo algún grado de conexión de la porción de médula que se encuentra debajo de la lesión con el cerebro, con lo que la pérdida de funciones no suele ser completa. Puede persistir un ligero control motor que puede ser extremadamente útil en los procesos de neurorrehabilitación.
También podemos clasificar las lesiones dependiendo de los síntomas predominantes, ya que no todos los pacientes presentan el mismo tipo de complicaciones. Así tendremos lesiones medulares de predominio espático, en la que los músculos del paciente estarán más rígidos de los normal, con una difícil movilización. Por su parte, las lesiones fláccidas se caracterizarán porque los músculos de los lesionados se encontrarán blandos, sin dificultad para la movilización y con pérdida de su volumen, fenómeno que se denomina atrofia muscular.
Las lesiones medulares suponen un auténtico drama social, debido a que afectan mayoritariamente a personas que anteriormente eran independientes y pasan a ser dependientes en numerosos aspectos, de aquí la importancia de la labor realizada desde Neurolegal para el desarrollo e información de los derechos de los afectados.
Útimos avances en la lesión medular
Se están creando numerosas líneas de investigación que están comenzando a dar sus primeros frutos. Las más importantes son aparición de nuevos fármacos para el tratamiento de los síntomas, los exoesqueletos y los tratamientos con células madre.
En los últimos años estamos asistiendo a la aparición de un gran número de fármacos que tienen cierta funcionalidad sobre el sistema nervioso central y periférico. Así han aparecido nuevos fármacos antiepilépticos, antidepresivos, analgésicos y antiespásticos con multitud de aplicaciones para los síntomas derivados de las lesiones cerebrales. De hecho, cada vez es más difícil clasificar los nuevos fármacos dentro de alguna de las categorías anteriores. Así, los fármacos no sirven solo para tratar la epilepsia o la depresión, sino que también sirven para tratar el dolor, las descargas eléctricas que sufren los pacientes con lesiones medulares, el insomnio o la espasticidad.
Por todo ello, existe una corriente que prefiere utilizar el nombre de neuromoduladores para todos estos fármacos con los que conseguimos funciones concretan que mejorarán la calidad de vida de los pacientes con lesiones cerebrales.
Los exoesqueletos también se están posicionando como uno de los grandes avances en el tratamiento de los lesionados medulares. Aunque todavía se encuentran en investigación y presentan precios muy elevados, están consiguiendo que personas con lesiones medulares vuelvan a ponerse de pie y caminar. Existen incluso versiones más avanzadas que permiten detectar las señales cerebrales y transmitirlas a través de bluetooth hasta el exoesqueleto, con lo que conseguiríamos mover las extremidades transmitiendo la información directamente desde el cerebro hasta el exoesqueleto, evitando el paso a través de la médula.
Por último, otro de los grandes avances que está dando que hablar es el tratamiento con células madre. Aunque quedan aún muchas dudas sobre cómo administrarlas, en qué número y qué características deben tener, se están comenzando a obtener resultados esperanzadores en síntomas concretos como es el control de los esfínteres. Muy posiblemente en el futuro se utilicen para el tratamiento de otros síntomas en lesionados medulares con buenos resultados según se vaya depurando la técnica.
En definitiva, nos encontramos en un momento en el que el número de terapias con utilidad para los lesionados medulares está creciendo. Una patología tan compleja de tratar y que tantas frustraciones ha cosechado en las últimas décadas, parece que por fin está consiguiendo ver la luz, aunque sea solo en los primeros pasos hacia su correcto tratamiento.