El caso del ictus isquémico agudo también conocido como infarto cerebral es debido a que un trombo de sangre ha obstruido una de las arterias cerebrales y puede ocasionar un daño irreparable en el cerebro si esta situación se mantiene durante un periodo de tiempo prolongado.
¿Cuándo hay negligencia médica en la atención de un ictus isquémico o infarto cerebral?
El reciente Plan de Actuación a los Pacientes con Ictus, uno de los retos fundamentales de los Sistemas Públicos de Salud es la organización de programas de atención sanitaria eficientes, que aseguren la accesibilidad y equidad en la provisión de servicios a los ciudadanos, procurando los medios necesarios para que los avances científico-técnicos disponibles puedan ser aplicados de manera fácil y eficaz en la población, con el fin de obtener los mejores resultados de calidad asistencial en todos sus aspectos.
¿En qué consiste el tratamiento del ictus isquémico?
El Ictus se puede prevenir y tratar de manera eficaz. La aplicación de un tratamiento adecuado precoz mejora significativamente la evolución de los pacientes, ya que reduce la mortalidad y la probabilidad de dependencia.
Para el ictus isquémico actualmente se dispone de un fármaco llamado rt-PA capaz de disolver los coágulos de sangre rápidamente. Este fármaco está aprobado en nuestro país desde 2003 para su utilización en pacientes con ictus isquémicos de menos de tres horas de evolución y una edad no superior a 80 años, pero recientemente se ha comprobado la eficacia y seguridad en las primeras cuatro horas y media de evolución así como en personas mayores de 80 años.
Su utilización debe estar estrictamente controlada y su aplicación debe ser realizada por el equipo de neurología de la unidad de ictus del hospital requiriendo consentimiento informado del paciente que puede beneficiarse de su administración y si el paciente no puede dar el consentido lo hará una persona autorizada.
El rt-PA actúa sobre el proceso de coagulación de la sangre facilitando la disolución de coágulos que bloquean el vaso sanguíneo localizado en el cerebro. El tratamiento consiste en una única dosis intravenosa administrada durante una hora en la sala de emergencias del servicio de urgencias o en la unidad de ictus.
El beneficio esperado con este tratamiento trombolítico es que se disuelva el trombo y el cerebro vuelva a recibir el aporte de sangre suficiente y con ello disminuir las secuelas aproximadamente un 55 % de los pacientes tratados con este tratamiento serán independientes para las actividades de la vida diaria a los tres meses frente a menos de un 30% si no se aplica.
Reclamación de daños y perjuicios por negligencia médica en la atención y tratamiento de un ictus isquémico
Dado que este es el estado actual de la técnica, todo paciente con ictus isquémico del que se sepa su momento de aparición y que no sea tratado con este tratamiento de fibrinolisis intravenosa en los plazos indicados debe estudiar la posibilidad de reclamar daños y perjuicios por las posibles secuelas que se hayan producido ya que no estaría obligado a soportar el daño sufrido; disponiendo los centros sanitarios en la mayoría de las ocasiones de seguros de responsabilidad civil que cubren este tipo de contingencias.
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